El hidrógeno es una fuente de energía limpia que contribuye al desarrollo de un futuro más sostenible. Sin embargo, plantea problemas de manipulación para sus productores, distribuidores y usuarios porque puede fragilizar materiales de acero de baja calidad, provocando fallos inesperados en los componentes.
La forma más común de almacenar el hidrógeno es en forma líquida o gaseosa, a baja temperatura y alta presión. La baja temperatura aumenta la capacidad del hidrógeno para atacar el material de su contenedor, mientras que la alta presión hace más probable que se produzcan fugas. Además, si la fuga se produce en un espacio cerrado, se puede convertir en un riesgo de explosión.
La fisuración por fragilización es el tipo de degradación más común que sufren los metales a causa del hidrógeno. Los materiales con más resistencia mecánica o gran número de defectos son los más susceptibles a este tipo de fallo.
A pesar de esto, muchos fabricantes de equipos de la industria del hidrógeno eligen adquirir componentes de menor coste para ser ofrecer precios más competitivos o porque no conocen los riesgos que eso conlleva. Los certificados de materiales son la manera más fiable que tienen los fabricantes de asegurarse de que el producto que adquieren es de calidad.
La función de estos certificados es informar a los usuarios de todo lo que necesitan saber sobre un lote de producción de materiales y permitirles disponer de un sistema de calidad totalmente controlado. La sólida certificación de materiales de Parker, del cual somos distribuidor oficial, está respaldada por cualificaciones específicas del sector, suponiendo una garantía para sus clientes.